viernes, 18 de febrero de 2011

objeto no.1


No tiene el pánico que dispersarse
entre las venas, ni andar suelta la frágil monotonía;
hay en la boca ajena un paraíso silencioso,
en el oído del pájaro solo la noche habita,
el tiempo que deja de enumerarse
para tornar volátil.
Para volver otra vez
tras otra vez.

Llamado al que nadie acude,
pasillo ciego de melancolía,
ventana de libertad.
Desnuda duermes
mientras el viento se desvanece,
oculto tu cause, desciendes,
ojo mío donde ha dormir morir
la causa mas absurda.


(.)

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